Diseñar sin urgencia: resistir desde lo esencial

El valor de lo bien hecho en tiempos de lo rápido

Vivimos en la era de la urgencia.!

Todo tiene que estar ya, entregarse en el día, costar menos y durar lo justo.

El diseño no quedó afuera de esa lógica: muebles que llegan en cajas planas, armados en quince minutos, pensados para durar poco y para no decir nada. Pero yo no trabajo así. No puedo.

Porque no creo en lo rápido, creo en lo que se hace bien. Un mueble no es solo algo que ocupa espacio.

Es una decisión, es un objeto que te acompaña todos los días: cuando comés, cuando descansás, cuando estás solo o con alguien que amás.

Y si va a estar ahí, prefiero que tenga alma, vos no?

Trabajo con madera real. Pinto a mano. Diseño sin plantillas. Y eso lleva tiempo. Porque lo que está bien hecho, no se improvisa.

Podría hacer más muebles por semana, pero prefiero hacer menos, y que cada uno lleve algo mío de verdad. Y también del cliente, por supuesto. Porque es un trabajo en conjunto. A veces hay mucha predisposición, otras no tanto. Y cuando eso pasa, es porque la gente confía aún más.. 

Crear un objeto,

Que dure. Que envejezca bien. Que no se parezca a nada.

Que cuando alguien lo vea, diga: “esto no es cualquiera.”

Porque si hay algo que aprendí en todos estos años, es esto:

lo bien hecho se nota.

Y aunque a veces cueste más, aunque tarde más, aunque no venga con logo preimpreso

se queda.

 

Hoy todo se vende por rapidez.

Pero lo rápido no deja huella.

Y yo no quiero pasar por este mundo sin dejar una forma.

 

Nizé no es solo una marca.

Es mi manera de habitar el mundo. 

¿Te animás a crear juntos?